lunes, 23 de marzo de 2009

Y ahora que hago ?

Bueno, ayer estuve con toda la familia celebrando el cumpleaños numero 11 de mi hija Aroa, fue una reunion de sentimientos encontrados; por un lado la alegría que acompaña a los onomásticos y por otro la desazón del saber que pasará mas adelante. Una pena.

La inquietud laboral que hasta hace unos meses me embargaba hoy pasa a 2do plano, ya no tiene el protagonismo de antes, fue relegada por este mal momento en la salud de mi hija Aroa. Hoy un amigo me llamó y me abrió una puerta, me dió una alternativa, una posibilidad, una oportunidad. No tengo muchas. Asi que una segunda opinion sera posible. Quiero creer y me aferro a ella.
Mi animo esta por los suelos, pero lo disimulo, trato de no ser evidente, tambien se que se vienen los gastos lógicos de todo esto, no hay problema. Siempre saque plata hasta de debajo de una piedra. Haré una actividad? Si la haré. tengo mucha gente que me apoyará. Pero les diré lo que me motiva? O mejor dicho que les diré. No se. Algo se me ocurrira. Pensemos......

Vamos que pasa, nadie me escribe, nadie responde, ¿Habrá alguien por ahí leyendo? Lo estaré haciendo bien. Creo que no. No importa, igual en esto estoy solo. ni modo.
Me preocupa tambien mi persona. Es lògico. Como soy? Fuerte, de caracter, con mucha personalidad, nadie me gana, nadie me pega, nada me afecta, nada me duele, soy William Huayta. Y ahora? me sirve de algo acaso, me miro al espejo y soy un fantasma, no puedo hacer nada, no esta en mi la solución o la cura. No es mi cuerpo.
Siempre imaginé, siempre vaticiné que no existía la persona que pudiera dañarme o hacer algo que me afecte, a no ser que se meta con mis hijas. Y es verdad. Quiero pelear, pero la pelea no es conmigo, tengo la medicina, pero en mi cuerpo no esta la herida.
Diosito te equivocaste de persona, pasame el mal de mi hija y dejala a ella crecer, jugar, estudiar y vivir una vida sana. Si se puede, se que puedes, si lo vi en "Milagros Inesperados" cuando el gigante preso absorbe la enfermedad del amigo y lo deja sano. Me siento raro, ayer fui a Misa con mi esposa y mi hija y yó no paraba de llorar, derrepente entre tanto balbuceo no entendiste mi ruego.
Quiero no se, tirar puñetes a la pared, romper algo, o simplemente pelearme con alguien mas grande que yo, o sino correr y correr sin parar asi me canse, exceder mis limites y asi bañado en mi sudor y mis ahora tan asiduas lagrimas, llegar a una meta imaginaria donde me recibira mi hija y darnos un abrazo fuerte, un abrazo fuerte y sincero con Aroa, como cuando celebramos el gol del campeonato en la Trinchera Norte frente al Cienciano, tu con tan solo 10 años. Jamas olvido ese abrazo, jamas.....En esa atmosfera hostíl nada te paso, no podía pasarte nada. Si estabas con tu Papa y yó te protegía. Como quisiera decirte ahora lo mismo. "Ya mi amor no pasa nada, todo esta bien, no tengas miedo". Que irónico por primera vez ahora yó siento miedo. Mucho, ... mucho miedo...

1 comentario:

Bezukhov dijo...

Monzon, yo al menos esta vez te leo, aunque creo que no debés esperar una respuesta si es que utilizás este medio como descarga.

Es difícil y hasta capaz ridículo opinar desde otro país, y prácticamente sin conocerte, pero si de algo te sirve no sé cuán grave es un soplo en el corazón. Averiguá bien y asesorate con médicos, pero hasta donde sé no es nada demasiado complicado...

Mi papá tiene creo también un soplo, aunque en donde veo más reflejado tu situación es con mi hermano, aunque no lo considero ni por asomo del mismo tenor. Desde que nació tiene el colesterol alto, por lo que está "condicionado" a cuidarse con las comidas y a ser "sano" sin haber hecho nada malo... cuando me enteré (siendo yo chico) me puse realmente mal, pensando en todas las cosas que no iba a poder hacer. Pero a través de los años fuimos viendo que con cuidados NADA exagerados él puede estar perfectamente bien.

A mí me suena a que, aunque haya que hacer chequeos periódicos y tener ciertos cuidados, todo va a estar bien. Por lo que veo que escribís amás a tu hija, y creo que no existe otra cosa más importante que el amor.

Si yo fuera tu hija, y en unos años leyera este blog, me emocionaría y valoraría lo mucho que un ser humano puede querer a otro.

De nuevo, perdón por escribir desde la ignorancia, pero estuve en situaciones similares de desánimo en las que quizás me hubiese gustado una palabra, incluso de un anónimo.

Un abrazo y fuerza William!